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Para este nuevo año que está por comenzar, herman@s, quiero invitarlos a enfocarnos en agradecer a nuestra mente y cuerpo por todo lo que hacen por nosotros a cada momento. Quiero compartirles algo valioso que aprendí hace mucho tiempo de los indígenas: la importancia de agradecer a cada órgano, cada sistema y cada célula de nuestro maravilloso e inteligente cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, y en cada parte de nuestro ser. Es fundamental concentrarnos aún más en dar amor y gratitud a nuestro órgano o parte de nuestro cuerpo que más nos duele, preocupa, está afectado o sobrecargado. Esto incluye asumir nuestra responsabilidad y pedir disculpas por cualquier daño que podamos haberle causado con nuestras acciones, alimentación, emociones no procesadas o hábitos. Al hacerlo, nos volvemos más conscientes del valor de la vida y de cómo nuestro cuerpo nos permite sobrevivir.
Observemos, momento a momento, cómo reaccionamos ante las circunstancias que la vida nos presenta. El amor, tanto hacia nosotros mismos como hacia los demás, es la clave para una vida mejor. Expresar lo que sentimos es fundamental, ya sea hablando, escribiendo o realizando actos simbólicos. Por ejemplo, escribe rápidamente todo lo que te molesta o duele, rómpelo, y luego planta una semilla o una planta ya crecida sobre esos sentimientos, permitiendo que se mezclen con la madre tierra. Al cuidar diariamente esta semilla o planta para que florezca, comenzarás a sanar. Este proceso simboliza el esfuerzo por fortalecer tu relación contigo mism@, con los demás y con tu propio crecimiento. Estas prácticas de escritura y comunicación ayudan a sanar nuestro corazón y nuestra alma. Tras este ejercicio, intenta escribir nuevamente, pero esta vez hazlo desde un lugar de amor, paz y perdón.
Dedica esas palabras a una persona con quien no tuviste la oportunidad de sanar, hablar o perdonar lo necesario. Escribe y rompe tantas veces como sea necesario esos mensajes llenos de dolor y rabia, sin leerlos. Con el tiempo, surgirán palabras sinceras, llenas de verdad y amor. Tu mensaje será directo, pero compasivo, y te darás cuenta de que habrá valido la pena. Estarás avanzando y mejorando la relación, aunque no sea perfecta. Será suficiente para brindarte paz, tranquilidad y luz interna.
Explica cómo te sientes y cómo desearías resolver las diferencias para alcanzar la paz. Si aún no te sientes list@ para entregar la carta, guárdala hasta que lo estés. Recuerda no esperar nada de esa persona, ya sea que siga presente en tu vida o no. Tu sanación es un proceso personal. Tal vez esa persona no esté en el mismo nivel que tú o ya haya partido. Por eso, enfócate en trabajar en ti y en tu paz, sin esperar nada a cambio. Cuando logres soltar las expectativas, habrás dejado atrás aquello que te pesaba y te afectaba física, mental y espiritualmente. Lo único que importará será tu nueva actitud de paz, fortaleza, bondad y compasión hacia quien te lastimó alguna vez.También es importante buscar apoyo cuando lo necesites: visita a un amig@ que te escuche, participa en un grupo de apoyo o habla con una psicóloga o un guía espiritual. Estas conexiones nos recuerdan que no estamos sol@s. Si crees en una creación divina, sabes que nunca lo has estado.
¡Mil bendiciones! Paz, luz y verdad en estas Navidades. ¡Que tengas un excelente 2025!
For this new year that is about to begin, dear friends (big family) I want to invite you to focus on expressing gratitude to our mind and body for everything they do for us every moment. I want to share something valuable that I learned a long time ago from Indigenous wisdom: the importance of giving thanks to every organ, every system, and every cell in our wonderful and intelligent body, from head to toe, and in every part of our being. It’s essential to focus even more on giving love and gratitude to the organ or part of our body that hurts the most, concerns us, or is affected or overburdened. This also means taking responsibility and apologizing for any harm we may have caused through our actions, diet, unprocessed emotions, or habits. By doing this, we become more aware of the value of life and how our body enables us to survive. Let us observe, moment by moment, how we respond to the circumstances life brings us. Love, both for ourselves and others, it is the key to a better life.
Expressing what we feel when speaking, writing, or performing symbolic acts. For example, write down quickly everything that bothers or hurts you, tear it up, and then plant a seed or an already-grown plant over those feelings, letting them merge with Mother Earth. By caring daily for this seed or plant so that it flourishes, you will begin to heal. This process symbolizes the effort to strengthen your relationship with yourself, others, and your personal growth. These practices of writing and communication help heal our hearts and souls. After this exercise, try writing again, but this time from a place of love, peace, and forgiveness. Dedicate those words to someone with whom you didn’t have the opportunity to heal, speak, or forgive as needed. Write and tear up those messages filled with pain and anger as much as you consider necessary, without reading them. Over time, sincere, truthful, and loving words will begin to emerge. Your message will be direct but compassionate, and you will realize it was worth it. You’ll be advancing and improving the relationship with yourself, even if it’s not what you expect. This activity will bring you peace, tranquility, and inner light. Explain in your letter how you feel and how you would like to resolve the differences to achieve peace. If you’re not ready yet to deliver the letter, save it until you are.
Remember not to expect anything from that person, whether they are or not present in your life. Your healing is a personal process. That person may not be on the same work as you are or have passed away. Therefore, focus on working on yourself and your peace, without expecting anything in return. When you let go of expectations, you’ll release what weighed you down and affected you physically, mentally, and spiritually. The only thing that will matter is your new attitude of peace, strength, kindness, and compassion toward the person who once hurt you. It’s also important to seek support if you need it, visit a friend who will listen, join a support group, or talk to a psychologist or spiritual guide. These connections remind us that we are not alone. If you believe in a divine creation, you know you never have been alone. A thousand blessings to you! Peace, light, and truth this holiday season.
May you have an excellent 2025!
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